El trombón es un interesante instrumento de viento que data del siglo XV, elaborado en metal –latón, por lo general-, cuyo sonido se crea cuando el ejecutante sopla por la boquilla, y varía las distintas notas al estirar y encoger una vara o tubo móvil que alarga la distancia que el aire vibrando recorre.
Así se denomina el trombón de varas, y su principio es que mientras más se alarga, el sonido es más grave. La vara, que tiene forma de U, puede ubicarse en siete posiciones.
También existe el trombón de válvulas y pistones, que va configurando los distintos tonos con su ejecución. Esta modalidad, debido a la complejidad de su ejecución, no tuvo trascendencia.
Partes y Clasificación
La boquilla es una pieza que se adapta al trombón, y determina el tipo de timbre.
El otro elemento a distinguir es la campana, la boca ensanchada al final final por donde salen los sonidos.
De acuerdo con su tamaño y el tipo de sonido que genera, el trombón puede ser: soprano, alto, tenor, bajo, contrabajo, Buccin y sacabuche.
¿Cómo suena?
El trombón era común en la música religiosa, y desde el siglo XIX, es un factor permanente en las grandes orquestas sinfónicas. Ese apogeo empieza en mil setecientos sesenta y siete con la ópera Alceste, de Christoph Willibald Gluck.
En el XIX, este instrumento tuvo una posición destacada de la mano de Berlioz y Wagner
En bandas populares, las denominadas big band y agrupaciones de jazz, el trombón es muy utilizado.
Su sonido puede asociarse a cortes heroicos, de grandeza y solemnidad, o amenazantes.